lunes, 20 de mayo de 2013








LOS NADIES
         








                                                        ¡GRACIAS GALEANO!



domingo, 19 de mayo de 2013

BELLA VIDA y ETERNOS PENSAMIENTOS..







                                                      ABUELA MARGARITA



Entrevista a la Abuela Margarita

Entrevista realizada a la Abuela porJavier Ruiz




“También vi aquí una cultura que reconocía
 a la Tierra como madre y al Sol como padre”

La abuela Margarita, de origen chichimeco y maya,
 trae la visión de los pueblos de América


En las culturas ancestrales de América, que tradicionalmente no
 utilizaban la escritura, los ancianos siempre fueron los
 recipientes donde se guardaron los conocimientos. De hecho,
 para los incas, tayta quiere decir padre o anciano, pero 
también maestro. Muchos de los indios amazónicos
 consideran aún hoy a las abuelas como las responsables 
de transmitir a los niños los conocimientos de su pueblo 
a través de sus canciones. Esa es la labor que lleva 
a cabo la abuela Margarita, heredera de las tradiciones 
del pueblo chichimeca, civilización anterior a los aztecas 
que habita en el norte de México, y del maya. Margarita 
visitó Tenerife para llevar a cabo un temascal, baño de vapor tradicional.
 “Temascal viene de temascali, cali, casa y temas es caliente. 
Es como entrar al útero de la tierra y sirve para sacar todo 
lo que nos estorba de nuestro cuerpo”, explica. Con sus 
ritos, sus canciones y sus costumbres, Margarita abre 
la puerta a otro modo de ver la vida y el ser humano.

LA VERDAD.- Las relaciones de usted no son sólo
 con las personas, son también con las montañas, 
con las piedras, los árboles, el mar, ¿qué le dicen
 los árboles, las montañas y el mar cuando viene a Canarias?

MARGARITA.- “El mar es el mismo mar Atlántico que
 baña mi país, es un solo mar y es inmenso. Los árboles,
 las piedras, las montañas, el mar y los hombres somos una unidad. 
Al llegar aquí veo que, aunque muchos no sean los mismos que en 
México, aquí como allí, los unos no están enfrentados con los otros”.

L.V.- Usted practica las enseñanzas y conocimientos que le legaron
 sus antepasados, los chichimecas, ¿puede el hombre del mundo 
aprovechar ese conocimiento?

M.- “El mundo ahorita es tecnológico. La Madre Tierra está
 llena de tecnología y de industria pero hay muchas industrias
 que dañan a la Madre Tierra y la dañan muchísimo. 
Un día nuestro amor a la Tierra nos volverá a unir 
y las abandonaremos, desaparecerán. 
Entonces la tecnología nos servirá para medir
 la distancia entre nuestras capacidades de clarividencia, intuición, 
poder de ubicuidad, clariaudiencia y las de las computadoras 
y veremos que hay muy poquita distancia.
 Ese día comenzaremos a usar de nuevo lo que tenemos dentro”.

L.V.- ¿El ser humano tiene sus propias computadoras interiores?

M.- “Sí. Mi papá se fue a los Estados Unidos atrabajar cuando yo era chica.
 Era ilegal. No tenían plata para telefonear ni nosotros teléfono desde el que 
escucharle y eso le hacía sufrir mucho. Sufrían todos. Con él había un señor
 de Guajaca también ilegal que, cada sábado, ayudaba a los demás a ir a ver
 a sus esposas. Nomás no les podían hablar, pero podían verlas,
 tocarlas y sentirlas. Era un ser humano con facultades que podía 
hacer funcionar las facultades de los otros”.

L.V.- Para su pueblo, los ancianos como usted atesoran, guardan y
 protegen todos los conocimientos de una cultura ancestral, 
¿cuál es el legado que nos llega hasta hoy?

M.- “Nuestros pueblos, nuestro continente, eran una sola humanidad 
y una cultura. Durante los últimos 5 siglos nuestras culturas han pasado
 de labio a oído para poder ser rescatadas. Muchos de nuestros ritos
 como el temascal, la Danza del Sol, la Danza de la Tierra, la de la
 Noche se guardaron por todo este tiempo y se escondieron en los
 sitios más inhóspitos. Se buscaban los lugares más escondiditos
 para seguir celebrándolos y así conservarlos. Ahora, es el tiempo
 de poder irse abriendo a la humanidad y por ello nuestros 
conocimientos se están abriendo a todos cada vez más. 
De nuestros antepasados, de labio a oído, nos llegó 
un mensaje que dice: `Que los hombres cuiden a las mujeres, 
que los padres y las madres cuiden a sus hijos, sus hijas, a los niños,
 a los jóvenes. A los abuelos y abuelas que cuiden de que no 
se pierda el conocimiento. Pásenlo de labio a oído pero cuiden 
de que no se pierda. Porque vendrá un día en que el
 conocimiento se impartirá en círculos abiertos´.
 Ahora nuestro conocimiento se comparte ya de forma amplia,
 incluso hay libros que lo recogen.
 El que haya más o menos tatas y nanas (ancianos y ancianas-maestros y maestras) 
y que los compartan se debe en el primer
 caso a que a que el sincretismo ha mezclado las prácticas católicas 
con las nuestras y han ido desapareciendo las nuestras y sus maestros,
 y en el segundo, a que la tecnología llega a todos los lugares. 
Muchos de nuestro abuelos y abuelas también están en asilos 
y hospitales. Creo que al perder el poder de compartir sus conocimientos
 han entrado en una etapa de demasiados sentimientos interiores 
-los propios y los de las creencias diferentes- y se han enfermado”.

L.V.- Entonces, ¿usted coindice con los Encuentros de Ancianos que 
celebran los diferentes pueblos indígenas de América desde hace años
 y en los que se anuncia que en el décimo pachacutec (actualidad), 
Viracocha retornará a los Andes, Qetzatcoalt a México, la Mamá 
Grande a Colombia y la cultura ancestral de América y sus conocimientos
 volverán a salir a la luz después de 7 generaciones de oscuridad 
y de permanecer ocultos?

M.- “Hay un poema de mi pueblo muy hermoso que habla de
 Qetzalcoalt y que me gustaría compartir. Dice: Del rojo corazón
 de Qetzalcoalt brotó la flor de oro y la semilla. El dulce trino 
y la luz de la estrella en la frente de un pueblo. Nace el Sol, 
humanidad, flor y pájaro en el centro vital del pensamiento.
 Está en el viento, es ala, es nube, agua que encarna en el maíz.
 Qetzalcoatl mágico y cósmico es. Es joya, piedra preciosa 
que tiene inmersos la luz y los colores, destellos del río de
 oro que lleva incrustadas el habla, el canto, la voz de la flauta 
y la pirámide del conocimiento. Es el trueno que hace vibrar los
 metales de su voz en la garganta de la humanidad y en la de los 
pájaros. Crece como árbol florido en la boca humana y en el
 pico de las aves. Es el vino del amor, delicia del calor de la mujer,
 tesoro y quietud del guerrero, útero donde nace la vida. 
Qetzalcoalt mágico y cósmico es. Muchas veces pensamos en
 Qetzalcoalt con forma humana pero yo creo que su regreso anuncia
 un cambio para la humanidad. Que en México se llame Qetzalcoalt, 
en los Andes Viracocha y en otros lugares de otra forma, eso da igual. 
Es el anuncio del mismo cambio y yo tengo mucho gusto de que 
pueda suceder. Por otra parte se puede ver algunos de los cambios
 que ya se están produciendo y que confirman que esto va a suceder”.

L.V.- ¿De qué se compone el hombre?

M.- “Hay un canto que me encanta y que dice:
 Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, aire mi aliento y fuego mi espíritu. 
Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, aire mi aliento y fuego mi espíritu.
 Nosotros nos componemos de cuerpo y espíritu. 
También estamos compuestos por aire.
 El aire circula por todo nuestro cuerpo cuando entra y sale.
 Todo nuestro cuerpo es recorrido por una corriente de aire continua.
 Lo curioso es que también somos en un 80% agua y
 menos del 20% tierra. Nosotros decimos que el aire es nuestra 
manera de pensar y nuestra manera de pensar es como el aire,
 que el agua son nuestros sentimientos y la tierra es la parte
 maciza de nuestro cuerpo. Por lo tanto, hemos de cuidar nuestra 
manera de pensar para no enfermar el agua que está dentro 
de nosotros y que no se nos pudra y eche a perder nuestra parte física que es la Tierra”.

L.V.- Para el pueblo chichimeca del que usted procede 
y otros pueblos originarios del actual México la muerte tiene
 una significación muy especial…

M.- “Donde yo vivo se murió hace poquito 
una vecina de un ranchito cercano, doña Chayo. 
Pensaba llevarme mi tabaco para agradecer que 
nos hubiéramos conocido. Hacía quesos y muchas
 veces le compraba y los compartíamos. Era una
 abuelita de más de 90 años y habíamos tenido una 
relación muy bonita. Cuando iba a salir de mi casa la sentí. 
Me tocó y me dijo que me llevara la sonaja y el tambor. 
Yo le dije: `Doña Chayo, su gente piensa de otra manera y no voy a llevarlos´.
 `Llévatelos´, me ordenó. `Tienes que hacer lo que debes de hacer´. 
Agarré un rebozo para llevar el tambor y la sonaja escondiditos. 
Cuando llegué, pedí a la familia permiso para tocar mi sonaja y
 mi tambor y me contestaron que lo hiciera. 
Solemos pensar que la muerte es una separación muy drástica 
y total pero les hablé que cuando dejamos el cuerpo nuestros sentidos se despiertan,
 están más vivos. Yo por ejemplo no puedo saber a simple
 vista cuántos limones tiene ese limonero pero si yo le pregunto 
a alguien que se murió y que me responde, éste es capaz de decírmelo
 y no se equivoca en uno. Ni el más escondido se deja de contar.
 La visión es mucho más amplia, el poder. La muerte es sólo un pequeño cambio. 
Yo le canté a doña Chayo delante de su gente y todos cantaron 
conmigo, con el tambor y la sonaja: La muerte no es muerte, 
es tan sólo un cambio y con la creación doña Chayo está gozando, 
y con el creador doña Chayo está gozando. 
Creo que gastamos más energía en enfermarnos y en morirnos
 que en estar sanos y, después de estar sanos, elevarnos cuando
 sentimos que ya es suficiente nuestra vida en esta tierra. 
Ya hay autores de libros que lo cuentan”.

L.V.- Y, ¿qué permanece?, ¿el espíritu?

M.- “El Gran Espíritu es un misterio. Nosotros pensamos que está lejos
 cuando realmente está dentro de todos. Cuando uno deja el cuerpo
 abre también esa posibilidad matemática de verse a uno mismo. 
Es algo muy amplio, otra visión de las cosas”.

L.V.- Usted habla con el fuego, ¿de qué conversan?

M.- “El fuego es muy lindo y se puede mantener un diálogo con él si crees. 
Te contaré de una mujer de Mexicali que tenía un problema en la piel y era
 sumamente blanca. Nosotros lo llamamos mitiligo. La primera vez que
 vino a danzar iba totalmente tapada porque el sol le molestaba y no
 podía estar cerca del calor. Actualmente trabaja con el fuego, habla con 
el fuego y éste ahora la cuida. Si pudiéramos ver el fuego desde otro 
punto de vista veríamos cosas diferentes, igual que con los cuatro elementos.
 En 1992, en un encuentro de ancianos, íbamos totalmente
 mojados desde Zacatecas camino de Michoacán. Iba un abuelito 
con su flauta y su tamborcito y dijo, `voy a decirle a las nubes que
 ya no les llueva pa que no los mojen´. Entonces comenzó a tocar su tambor 
y su flautita y realmente ya no llovió más. Cuando íbamos llegando a
 una vieja hacienda que nos habían dejado para dormir cayó un aguacero tremendo
, pero esperó hasta que los últimos llegaron corriendo. Tenemos un canto que dice:
 Soy el poder dentro de mí, soy el amor del Sol y la Tierra, 
soy Gran Espíritu y soy eterna, mi vida está llena de dicha…
Así es el poder que hay dentro de uno ”.

L.V.- Las Islas sufren hoy un proceso por el que
 desaparecen espacios naturales por el exceso de edificación,
 ¿cómo afecta a los que vivimos aquí?

M.- “A todos los niveles. Cuando vi las terrazas de cultivo
 aquí sólo pude decir:
 `Esto también es la Madre Tierra, aquí hay una cultura´. 
Pude mirar hacia atrás y pude ver lo que había aquí, el amor a la Tierra,
 vi reconocer a la Tierra como madre y al 
Sol como padre igual que en Ámérica. 
Todo lo demás nos aleja de ser naturales, de la naturaleza”.
















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Cuando las cabezas de las Mujeres se juntan alrededor “del fuego” – Simone Seija Paseyro
“Alguien me dijo que no es casual… que desde siempre las elegimos.
Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan.
Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal.
Valientes, reidoras y con labia.
baile_angels_bosqueCapaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.
Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, refunfuñan, se conduelen.
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Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el lugar donde jugábamos en la infancia, el salón de una casa, el corredor de una facultad, una cerveza en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras.
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Las de adolescentes después de un baile, o para preparar un examen, o para cerrar una noche de cine. Las de “vente el sábado” porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música, y hablar, hablar y hablar hasta cansarse.
Las de adultas, a veces para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos, y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas.
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El futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una vejez no imaginada…y sin embargo… detrás de cada una de nosotras, nuestros ojos.
Cambiamos. Crecimos.cabezas junto al fuego
Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos.
Amamos. Fuimos y somos amadas.
Dejamos y nos dejaron.
encuentroMujeresNos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valía la pena.
Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar.
Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no.circulo_de_feminidad
Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de seguir.
Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar.
la-areola-se-transforma-en-un-circulo-de-mujeres-reunidas-desde-todo-el-mundo
Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras.
Noches de miles de estrellas y noches desangeladas.
Hicimos el amor, y cuando correspondió, también la guerra.
Nos entregamos. Nos protegimos.
Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
mujeresalrededor-delfuego.ayla bouvetteEntonces… los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.
Porque juntas construimos nuestros propios cimientos.
Somos más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes.
ronda de mujeresY en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos.
Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego” que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía.
Como siempre. Como nunca. Como toda la vida.
Para todas las brasas de mi vida, las que arden desde hace tanto, y las que recién se suman al fogón.”

sábado, 18 de mayo de 2013
















"Por la mañana al despertarte,
da gracias por la luz del día,
por tu vida y por tu fuerza.
Da gracias por los alimentos
y la dicha de vivir.
Si no encuentras razón para dar gracias,
busca la causa en ti mismo".


Tecumseh (jefe shawneen  1768-1813)

DETENER EL TIEMPO




Abrir el corazón








PARA LEER Y DISFRUTAR...

 Estos escritos son de un libro testimonio de Chiapas.

Se llama Rostros del Chulel (rostros del alma) Dice:
"Los rostros del chulel, rostros del alma de los indígenas
 que viven en Chiapas, llegan hasta nuetsros ojos y hasta
 nuestro corazón mediante imágenes (Jorge Ardura) y
sentimiento vertido por un puñado de magníficos poetas
chiapanecos. Leticia Coello seleccionó fotos y textos
con amorosa dedicación, para rendir homenaje a los
 pobladores de esa tierra llena de magia, criaturas
de la selva, tzotziles, tseltales, lacandones y choles.



Alguien me dijo:

"Hay que buscarle el alma a la montaña".
Desde entonces asciendo por la empedrada calle
de mi sonrisa angosta, 
con un verso apilado
para romper las rocas que venden el camino,
para abrir la fatigada selva
de brazos, de ojos y de piernas, 
y hacer hablar los números silvestres
poseyendo de pronto sus raíces.


Le estoy buscando el alma a la montaña,
quiero llegarle al centro,
allí,
donde le nace el agua,
donde le quema la noche
con su lengua oscura
mientras el viento en fiesta su desvelo
 marimbeando indiscreto entre las ramas.


Sí creo que la montaña tenga alma,
la busco,
le pregunto por ella a la carne del agua,
a la carne solar de madera,a la carne de la carne,
y una verde garganta me responde:
"Cuando se tiene el corazón encinta, 
el alma es la montaña"
                            
  Roberto López Moreno






Tejedoras de Zinacanta

Al valle de las nubes
y los delgados pinos,
al de grandes rebaños
-Zinacanta- he venido.


Vengo como quien soy, 
sin casa y sin amigo,
a ver unas mujeres
de labor y de sigilo.


Qué misteriosa y hábil
su mano entre los hilos;
mezcla extraños colores, dibuja raros signos.


No sé lo que trabajan
en el telar que es mío.
Tejedoras, mostradme 
mi destino.     
                                         
 Rosario Castellanos