CUANTA GENTE LINDA...HOY:
Noémia de Sousa nació el 20 de septiembre de
1926 en Mozambique. A pesar de ser una de las poetas con mayor reconocimiento
en su país, y muy valorada en Portugal y Brazil, casi toda su obra está
dispersa en antologías y revistas. Se dice que comenzó a escribir poemas siendo
casi una niña, pero dejó de hacerlo de modo abrupto en 1951 cuando tenía apenas
25 años. Según Aldónio Gomes y Fernanda Cavacas, no fue sino hasta 1986, en
ocasión de la muerte de Samora Machel, que Noémia de Sousa volvió a escribir
por un corto período. En vida sólo llegó a publicar un libro: Sangue Negro
(2001). Es curioso porque en la antología de la que tomo el poema, publicada en
España en 1975, se lee: “tiene un libro de poemas preparado…en espera de
editor”, por lo visto ese editor tardó 26 años en llegar. Murió en Cascais,
Lisboa, el 4 de diciembre de 2002 víctima de una prolongada enfermedad. La
traducción es de Manuel Cabrera.
Deja pasar a mi pueblo
Noche lánguida de Mozambique
los sonidos lejanos de marimba llegan a mí
–preciosos y constantes–
venidos ni yo sé de dónde.
En mi casa de madera y zinc,
pongo la radio y me dejo llevar…
muchas voces de América me sacuden el alma y lo
nervios,
y Robenson y Marian cantan para mí
spirituals negros de Harlem.
Let my people go
–oh deja pasar a mi pueblo,deja pasar a mi
pueblo–,
dicen.
Y yo abro los ojos y ya no puedo dormir.
Dentro de mí suenan Anderson y Paul
y no son dulces coces de emeleso.
Let my people go.
Nerviosamente,
me siento a la mesa y escribo…
(Dentro de mí
ho let my people go.)
deja pasar a mi pueblo.
Y ya no soy más que un instrumento
de mi sangre en turbulencia
con Marian ayudándome
con su voz profunda –mi Hermana.
Escribo…
En mi mesa se ven inclinarse cuerpos
familiares.
Mi madre de manos rudas y rostro cansado
y revueltas, dolores, humillaciones,
tatuando de negro el virgen papel blanco.
Y Pablo, que no conozco
pero es de mi misma sangre y de la misma savia
amada de Mozanbique,
y miserias, ventanas enrejadas, dioses de
hechiceras,
algodonales, y mi inaccesible compañero blanco,
y Zé –mi hermano– y Saúl,
y tú, Amigo de dulce mirar azul,
pesando en mi mano y obligándome a escribir
con el odio que me trae la rebelión.
Se ve a todos inclinarse sobre mi hombro,
mientras escribo, noche adelante,
con Marian y Robeson vigilando por el ojo
luminoso de la radio,
–let my people go,
oh let my people go.
Y siempre que lleguen a Harlem
las voces de lamentación
y mis cuerpos familiares me visiten
en largas noches de insomnio,
no podré dejarme llevar por la música fútil
de los valses de Strauss.
Escribiré, escribiré,
con Robenson y Mariam gritando conmigo:
Let my people go,
oh deja pasar a mi pueblo.

Nos vestimos de forma distinta, tenemos diferentes costumbres,
inventamos nuestra propia música, nuestra cocina; pero no podemos
vivir sólo con lo que creamos inicialmente. La vida es expansiva, se
extiende dentro mismo de nuestro cuerpo, creciendo, desarrollándose, y
también de forma territorial -física y psicológicamente-, descubriendo
lugares, formas, ideas, significados, sensaciones. Esto sucede como un
diálogo: recibimos de los demás lo que han creado y les damos lo mejor
de nuestra creación.
No podemos vivir aislados, encerrados en nosotros mismos.
Aprendemos enormemente cuando admitimos nuestra propia otredad: el
Otro también ama y odia, tiene miedo y es valiente -al igual que usted y
que yo, aunque entre ellos, usted y yo existan diferencias culturales-,
precisamente por eso podemos aprender de los demás: somos distintos
siendo iguales.
ABRI EL CORAZON PARA ESCUCHAR SUS LATIDOS....GRACIAS LEON
DESIDERATA
Escucha
entonces la sabiduría del sabio:
“Camina
plácidamente entre el ruido y las prisas,
y
recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.
Mantén
buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir.
Di tu
verdad tranquila y claramente;
Y escucha
a los demás,
incluso
al torpe y al ignorante.
Ellos
también tienen su historia.
Evita las
personas ruidosas y agresivas,
pues son
vejaciones para el espíritu.
Si te
comparas con los demás,
puedes
volverte vanidoso y amargado
porque
siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.
Disfruta
de tus logros, así como de tus planes.
Interésate
en tu propia carrera,
por muy
humilde que sea;
es un
verdadero tesoro en las cambiantes visicitudes del tiempo.
Sé cauto
en tus negocios,
porque el
mundo está lleno de engaños.
Pero no
por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;
mucha
gente lucha por altos ideales
y en
todas partes la vida está llena de heroísmo.
Sé tu
mismo.
Especialmente
no finjas afectos.
Tampoco
seas cínico respecto al amor,
porque
frente a toda aridez y desencanto,
el amor
es tan perenne como la hierba.
Acepta
con cariño el consejo de los años,
renunciando
con elegancia a las cosas de juventud.
Nutre la
fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia,
pero no
te angusties con fantasías.
Muchos
temores nacen de la fatiga y la soledad.
Más allá
de una sana disciplina,
sé amable
contigo mismo.
Eres una
criatura del universo,
al igual
que los árboles y las estrellas;
tienes
derecho a estar aquí.
Y, te
resulte o no evidente,
sin duda
el universo se desenvuelve como debe.
Por lo
tanto, mantente en paz con Dios,
de
cualquier modo que Le concibas,
y
cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
mantente
en paz con tu alma
en la
ruidosa confusión de la vida.
Aún con
todas sus farsas, cargas y sueños rotos,
éste
sigue siendo un hermoso mundo.
Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz”.
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